Miguel Charisteas, Noviembre 2015
Lágrimas de sal a mis desconocidos muertos. Expulsa jinete del mar tu alma rota en la tierra. Rompe una lanza por el sueño eterno. Descansa ausente en el olvido. Sea tu soledad amarga existencia del que conoce. Sea tu destierro perpetuo la cruz del que no respira. Lágrimas de sal a mis desconocidos muertos. No habrá tumba, no habrá lápida, no habrá herida abierta. Ya cae sobre ti la losa de la memoria. ¿Y mañana? Quizá te acompañe yo en esta broma efímera. Lágrimas de sal a mis desconocidos muertos.